Relato Corto Blog de Ficción

Redención

R

Sin un lugar a donde escapar; atrapado entre la espada y la pared. Jaseh se preparó para defenderse, seguro de que no podría hacer nada para salir con vida. Él levantó sus puños para proteger su rostro, analizando detenidamente a las criaturas a su alrededor. Esta era la primera vez que veía a cinco Cerka en el mismo lugar—con sus colmillos plateados cubiertos por saliva.

Jaseh estaba agotado de tanto huir, mientras las criaturas parecían disfrutar la cacería. Listo para rendirse, tomó un trozo de madera del piso, lo sostuvo con dos manos. «¿Qué esperan?»

Uno de los Cerka gruñó, dando un paso hacia adelante. Al parecer, el grupo se preparaba para prolongar el encuentro. La criatura levantó sus garras plateadas para proteger su rostro…el golpe fue preciso. Jaseh intentó estrellar el trozo de madera contra la cabeza del monstruo, pero ni siquiera consiguió una reacción.

Jaseh sintió la mano de la criatura sobre su cuello—fue levantado con facilidad—sosteniéndose con todas sus fuerzas para poder respirar. Solo mátame, pensó, sintiendo el calor de la respiración de la bestia. Luego de un instante, la criatura lo arrojó contra una pared.

Al caer, Jaseh perdió la visibilidad y se tardó en recuperar el conocimiento. Cuando logró abrir sus ojos notó que estaba solo en la habitación. Se esforzó para levantarse—pese al dolor que recorría todo su cuerpo. El sonido también regresó, y con este los gruñidos de las criaturas.

¿Pero, dónde están? se preguntó, caminando lentamente hacia la única puerta de la habitación. Con cada paso los gruñidos se volvían más fuertes—la curiosidad se apoderó de él. Jaseh llegó a la puerta para ver a las criaturas luchar contra otro hombre, un caballero. Su armadura negra brillaba con la luz de la chimenea.

Los Cerka eran enviados por el suelo luego de cada impacto. El caballero no parecía tener dificultad al pelear contra las cinco criaturas. Jaseh miraba con admiración, escondiendo su cuerpo tras la puerta.

El caballero se movía en círculos, estrellando su inmenso combo de guerra negro. Era como ver a un remolino enviando a las criaturas contra las paredes, pero a ellas no parecía importarles—regresando para continuar atacando con más fuerza.

Eventualmente, el caballero logró con un ataque preciso, golpear a una de las criaturas en la cabeza. Solo que esta vez fue diferente—su arma pareció explotar, dejando atrás una nube de humo negro.

Jaseh miraba con una mezcla de miedo y admiración. Desesperado por saber lo que sucedía…cuando sintió una mano tomarlo por el pecho. Y vio a las criaturas lanzarse sobre él.

Cleirk—el caballero de armadura negra—ahora sostenía un escudo negro. Protegiéndose de los ataques de las criaturas, golpeandolas con su arma en cada oportunidad. Uno por uno, los Cerka fueron cayendo. Cleirk se aseguró de volver a golpearlos cuando se encontraban en el piso.

Jaseh no podía comprender…las criaturas se lanzaban contra él. Algo lo sostenía por la espalda, alguien lo movía de un lado al otro. Jaseh vio a cada uno de los Cerka caer. ¿Qué fue lo que pasó? pensó una vez que Cleirk lo dejó en el piso. Jaseh recuperó su aspecto normal y vio al guerrero de armadura negra marcharse sin una palabra.

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Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.

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By Sebastián Iturralde
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Sebastián Iturralde

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