Dark
Light

Perturbación

diciembre 4, 2002

Imperturbable descendió calles sin fin; arriba abajo, abajo arriba.
La estación gris, hasta silenciosa.
De pronto, entre él y la nada una cabellera roja, incandescentemente roja.
Subió al vagón detrás de ella, corrió detrás de ella…
La perdió.
Tenía que volver a ver ese color, ese ondular del cabello al viento.
Corrió, empujó cuanto ser se interpuso en su carrera, y al fin la vio. Allí estaba, del otro lado del cristal sucio de dedos y desesperación.
Tenía que alcanzarla.
Cruzó la puerta segundos antes de poder perderla para siempre.
Otra vez corrió, esta vez escaleras arriba.
Con todo su ser corrió.
Y allí, afuera, donde se eleva el monumento sin sentido de la ciudad, volvió a tenerla cerca, volvió a sentir su roce de fuego.
Tan cerca, que pudo oler el carmesí de esos cabellos.
Aspiró hondo, se llenó de esa preciada melena.
Y respiró aliviado, entregado.
Y luego volvió la calma y volvió a ser todo gris, el color rojo, la suavidad del fuego ya estaban dentro de él.
Al menos eso nunca más lo perturbaría.

Don't Miss

Parecía el infierno

Tumbada boca abajo sobre la toalla, Violeta veía el mar

María Isacia

Los milicianos dieron un portazo. La cal del dintel se